Revista Transcendencia Investigativa (RTI)
Vol. 3(2), 23-32, 2025
La gerencia educativa desde la biovirtuosidad
Educational management from the perspective of biovirtuosity
María de los Ángeles Romero
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Asimismo, partiendo de que el ser humano es un ser social, que vive y actúa en grupo para subsistir,
es decir, que desde su nacimiento cada individuo forma parte de una familia y, por ende, de una
sociedad donde crean, opinan y se comunican entre sí, por tanto, aprender a convivir es producto
de la educación que se recibe en la casa, en la escuela, con los amigos y en los medios de
comunicación, teniendo siempre presente que los padres son los primeros encargados de inculcar
los valores y las normas de convivencia, que más tarde serán la base de la vida de los hijos, además
de ser reforzados durante nuestra educación cívica.
Por otra parte, las organizaciones, especialmente las educativas, por ser un modo de vida social,
definen los valores a regir en la misma, teniendo como base los nobles objetivos que la sustentan
como lo es la formación del futuro ciudadano del país, no sólo con conocimientos, sino con
comportamientos y conductas que permitan su inserción efectiva y oportuna en la sociedad a la cual
pertenece y contribuir con el desarrollo (económico, social, moral) de la nación, aunado a su
desarrollo y crecimiento personal.
Por tanto, gerenciar en educación es dirigir en un clima organizacional armónico, en función de
despertar personas, ayudarles a desarrollar todas sus potencialidades, para que realicen su vocación
y alcancen la plenitud. Todo esto debe ser vivido y experimentado por quienes están al frente de las
instituciones educativas para así, poder proyectarlo en los que se forman en ellas.
En este mundo en el que la incertidumbre por la vertiginosa rapidez de los cambios ha debilitado los
vínculos humanos, las competencias esenciales que la escuela debe promover para vivir mejor en
el futuro y fortalecer el ser humano, son junto a la honestidad, el respeto, la comunicación y el amor.
Amar significa aceptar al otro como es, siempre original y distinto, es afirmar su valía y dignidad. El
amor genera confianza y seguridad. Sólo en una atmósfera de seguridad, alegría y confianza podrá
florecer la sensibilidad, el respeto mutuo y la motivación, tan esenciales para un verdadero ejercicio
gerencial y educativo.
Por consiguiente, si somos felices y buenos ejerciendo nuestra labor educativa y gerencial,
estaremos poniendo las bases para que después, los niños, las niñas y los jóvenes sean adultos
buenos y felices. Si logramos que los educadores se sientan motivados y contentos, y se reconozca
su esfuerzo y su trabajo, estaremos poniendo los cimientos para una educación de calidad. Amar la
educación y con ella la gerencia de su mano supone garantizar las condiciones para que se ejerza
debidamente.
El término biovirtuoso es una palabra compuesta por el prefijo “bio” con origen en el griego que indica
vida. La palabra "virtuoso" proviene del latín y significa valiente, meritorio, moralmente sano, virtud,
excelencia o habilidad. El término global apunta a persona que ama la vida, la cuida, le da el valor
que tiene y la vincula a todos los actos que ejecuta, asimismo, ama la verdad, la rectitud de intención,
la honestidad, lo auténtico, promueve las relaciones interpersonales sanas, equilibradas, le da valor
al esfuerzo, al conocimiento, al desempeño que busca hacer el bien común y la habilidad que se
pone en servicio del otro. El término en el contexto gerencial traduce capacidad para darse con
equidad, con respeto, con profesionalismo, con ética, cuidando siempre el bien común, la vida, la
persona, el equilibrio en todos los términos y alcances.
Debe señalarse, que la gerencia bio-virtuosa se sustenta en un líder que influye de forma acertada
en el comportamiento de los colaboradores y los dirige hacia objetivos transformativos, es decir, su
labor es propiciar el modelaje de cambios comportamentales en el grupo de talento humano que lo
acompaña a partir del aprendizaje organizacional, la comunicación y las políticas de trabajo, de
manera de fortalecer los canales de información, todo esto partiendo de un liderazgo virtuoso
(Alexandre Havard). Igualmente, refiere a un gerente con capacidad para escuchar las palabras y
observar los gestos, la inseguridad y el miedo. Escuchar para comprender y así poder dialogar;
observar para conocer la realidad y abordarla con prudencia y asertividad.
Ahora bien, para poder comprender la gerencia desde una perspectiva bio-virtuosa, es necesario
saber que los actos virtuosos que los individuos realizan, se orientan a las personas, a la comunidad,
por eso la importancia que reviste para los individuos la identificación y realización de una función